martes, 11 de noviembre de 2008

El infierno vasco

Por Eduardo Pacho

Director: Iñaki Arteta

Interesante documental sobre los exiliados del País Vasco que han sido amenazados hasta la extenuación por la banda terrorista ETA. Evidentemente será silenciado por los de siempre, pero no restará valor a la película en sí misma.



El documental arranca muy bien con una canción de Eduardo Basterra compuesta especialmente para la película y que destaca por su emotividad y por su relación con la situación de las personas que desfilarán en el film. Además mientras tanto vamos por una carretera del País Vasco, vía de escape de todos los exiliados que divisan el paisaje de su tierra que tienen que dejar atrás por motivos ajenos a su voluntad.

Todos las personas tienen algo que aportar y se hace un recorrido por todo tipo de perfiles como periodistas, políticos, artistas o ertzainas. Todos tienen algo en común: el miedo y la falta de libertad. Pero por encima de todo el valor de enfrentarse a las presiones externas y la fuerza de dar la cara ante un enemigo más fuerte que todos ellos pero sobre todo dar la cara ante el silencio de una sociedad muchas veces cómplice.

Quizá un pero que se puede hacer al documental es no mostrar ningún nacionalista que se haya tenido que marchar, ya que muchos de ellos también tienen escolta. Eso integraría a la opción nacionalista y no daría motivos para decir que el film está sesgado. Aunque de todas formas los testimonios son demasiado elocuentes para que reprochemos esas minucias.

Son exiliados a la fuerza, todos aman a su tierra, pero como en la época nazi, les han colocado la estrella de David. Y ante eso sólo cabe la huida, pero con dignidad.
El valor del documental estriba en lo escalofriante de las declaraciones de las personas, contextualizadas con escenas del pasado que tienen que ver con las diferentes situaciones de los afectados.

Es lacerante que compañeros de profesores en la UPV no te apoyen e incluso te reprochen tu conducta, es lacerante que alumnos en lugar de hacer huelgas por los asesinatos de ETA lo hagan por los presos etarras, es lacerante que un hijo le diga a su padre que "donde están los enemigos, los españoles" después de venir de la escuela, es lacerante el clima de odio que hay en muchas personas de esa sociedad.

Por otro lado, la banda sonora es desigual, subraya a mi parecer en demasía los comentarios, que hablan por sí mismos. Aunque hay que reconocer que algunas canciones, como la que abre la película, tienen una gran fuerza y golpean el alma.

La película acaba con un plano del hueco que ha dejado el coche de un exconcejal del PSOE que se ha mudado a otra ciudad de España. Ese hueco es un hueco que nos dice que falta alguien, que no estamos todos, pero es un hueco silencioso, nadie preguntará donde está el coche que falta en la fila. La sociedad seguirá adelante ocupando ese sitio y sin mirar atrás.

En síntesis: documental de indudable interés, que debería ser de obligada visión en el País Vasco y que debería encumbrar a estos héroes cada vez más anónimos, dándole una tribuna donde poder hablar y dejando de ser de una vez por todas "Los olvidados".

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